SOLUCIONANDO LOS CONFLICTOS

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Por MSc Minor Vindas C.


Algunas parejas son como una olla de presión, acumulan y acumulan presión.

Los pequeños desacuerdos del día a día, el estrés de la vida familiar o profesional, los problemas económicos, los compromisos, las diferencias personales los cargan, y terminan discutiendo la mayor parte del tiempo.

Los pequeños conflictos no resueltos hacen que las parejas pasen de la paz a la guerra con mucha facilidad.

Las discusiones eventuales y los desacuerdos son normales en toda relación, son propios del intento de manejar las diferencias o necesidades personales. Lo negativo es que se hagan frecuentes, o de formas inapropiadas.

No podemos evitar las diferencias y los conflictos, pero sí podemos aprender a manejarlos de una manera sana, constructiva y abierta, que nos permita crecer como personas, comprender mejor a nuestro cónyuge, sus necesidades y sus puntos de vista.

La forma insana de enfrentar los conflictos genera distanciamiento, la forma sana comprensión y acercamiento, cada persona desea mantener una relación tranquila, estable y plena sin que haya peleas, gritos, amenazas o tensiones.

REALMENTE LO QUE CONTRIBUYE CON EL DETERIORO DE LA RELACIÓN NO ES EL CONFLICTO EN SÍ, SINO EL MAL MANEJO DE ÉL.

La mayoría de las veces lo que molesta no es lo que dice el otro, sino La Forma Y Cómo Lo Dice. Las palabras pueden convertirse en un vehículo de conciliación, bendición y acuerdo, pero, también se puede ofender y hacer sentir mal a la otra por medio de palabras.

Más importante es no enfrentar el conflicto con una actitud de lucha, sino más bien con una actitud de comprensión, acuerdo y manejo de las emociones para lograr soluciones al conflicto.

Lo importante no es ganar el punto de vista, es fortalecer la relación, aprender a negociar y buscar el bienestar para la pareja y familia. Si ambos están dispuestos a buscar una solución para dar por terminado el asunto, estarán dispuestos a ceder no como una señal de sumisión, sino de madurez, inteligencia y deseo de mantener la relación.

En una relación de pareja no hay ganadores ni perdedores, porque siempre el resultado positivo o negativo los afectará a los dos.

Claves para manejar las discusiones
Escucha con atención. Para resolver el conflicto es necesario escuchar con atención lo que el otro dice. Evita las suposiciones y si algo no te queda claro, pregúntale con la intención de aclararlo. No respondas de forma automática.

No uses el pasado como elemento de referencia. Recordar todo lo que se vivió tiempo atras, resaltando los errores de la pareja, les impedirá tener la disposición necesaria para resolver el problema y, además, aumentará el malestar entre los dos.

Concéntrate en el problema. Es frecuente comenzar una discusión por algo en particular y, luego, irle sumando otros conflictos pendientes. Es preferible concentrarse en la resolución de un conflicto presente, poniendo toda la atención en la búsqueda de la solución, entre los dos.

Evita las ofensas. Una de las condiciones necesarias para discutir sin caer en una pelea es respeto. Cada vez que nos dejamos llevar por la emoción, decimos y hacemos cosas que más tarde siempre lamentamos. El buen trato propicia el entendimiento.

Ofrece soluciones. En lugar de buscar y resaltar todos los posibles obstáculos para superarlo, tómate el tiempo para pensar y ofrecer soluciones. La mejor es aquella a la que llegamos juntos, sintiéndonos dispuestos a hacer cuanto sea necesario para lograrlo.

Cuando un conflicto no lo pueden manejar o se a prolongado por varios meses, busquen inmediatamente ayuda profesional.

Siguiendo estos sencillos consejos y otros, que usted podrá descubrir conforme comience a pensar y a actuar positivamente ante el conflicto, muy pronto notará que al aplicarlos y esforzarse tienen una gran recompensa. Ya que una la relación alimentada con pequeños y constantes estímulos positivos genera disfrute y mejor calidad de vida.

Tu amigo

MSc Minor Vindas

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